Una apasionada: Julieta Gelvez vendió desde cartón hasta pirotecnia para correr
Muchas veces se escucha que, si querés hacer automovilismo y no tenés plata (léase tus viejos no pueden bancarte), mejor dedicate al tenis o al fútbol, ya que una raqueta o unos botines son más baratos que un karting. Sin embargo, Julieta Gelvez rompió ese paradigma, entre otros tantos…
La mendocina de Colonia Segovia, de 28 años (nació el 13 de octubre de 1994), no provenía de una familia adinerada y tuvo que rebuscárselas como pudo para desarrollar esa pasión que la atrapó de grande…
¿Desde cuándo te gusta el automovilismo? ¿Venís de una familia fierrera?
Descubrí el automovilismo a los 12 años. Vengo de una familia muy humilde, de campo, y la única vez que salía era dos días, para ir a la Difunta Correa, y cumplir con su promesa anual. Un año fuimos al santuario y cuando volvíamos había una carrera de TC2000 en el “Eduardo Copello-El Zonda” de San Juan. Mi papá dice: “Uy, vamos, así vemos algo distinto”. Y fue algo hermoso. Desde ese día, empecé a seguir todas las carreras por San Juan, Mendoza y San Luis, ya sean categorías nacionales como zonales. Y a los 15 empecé a correr en karting.
¿Cómo hacías para correr, ya que tu familia no disponía del dinero para apoyarte?
Vendí de todo. Cartones, bizcochuelos, pirotecnia a fin de año, panchos, lomos, hamburguesas, papas fritas, hacía sorteos… Después, comencé a trabajar en un taller mecánico haciendo alineación de tren delantero, balanceo, suspensión. También atendía autos del zonal cuyano, instalé antenas de DirecTV, tiraba fibra óptica de internet. Todo eso, y una infinidad de cosas más, para poder correr.
Corriste en zonales, en el Top Race Junior, la Liga SpeedAgro, en la Copa Abarth, donde en Concepción del Uruguay subiste al podio. ¿Qué planes tenés para tu carrera deportiva? ¿A qué categoría te gustaría llegar?
Es verdad, corrí pocas carreras en el Junior, quizás no de la manera que yo quería, pero me sirvió un montón como experiencia. Después hice la Liga SpeedAgro, gracias a la invitación de Víctor Escalas; lo mismo la Copa Abarth, gracias al “Fido” Porfiri y toda la categoría, que me bancan y es la actual categoría en la que estoy participando. En cuanto a mi carrera deportiva no dejo de soñar, progresar, crecer, de entrenarme todos los días y gracias a Martín Sevilla, puedo entrenar todos los días en el CeNARD como una deportista de elite. Siempre me gustó el TC2000, pero yo, con tal de correr, que sea donde sea.
Además de pilota, sos mecánica. ¿Te gustaría meter mano en los autos de carrera cuando cuelgues el casco?
Soy mecánica, pero no colgaría el casco por ser mecánica. Ante todo soy pilota. Pero bueno, también me gusta ser mecánica, porque es lo que sé hacer. El automovilismo es una pasión que, a veces, te lleva a hacer cosas que no querés hacer, porque quizás necesitás diez pesos para correr, contás con uno pero vas igual y después ves de dónde sacás los otros nueve que te faltan. El automovilismo es mi vida, y el día que no haya automovilismo en mi vida, es porque ya no estaré acá, je.
Este fin de semana, Julieta no puede estar presente en la Copa Abarth por cuestiones presupuestarias, pero no se rendirá… Tratará de buscar apoyo, una vez más, para hacer lo que más le gusta. Lo que la apasiona.
Si querés bancar a la mendocina en su carrera deportiva, comunicate por el MD de su Instagram.