Jesica Salvini: la ingeniera argentina que sueña en Inglaterra
Dicen que hay que tratar de hacer todo lo posible para cumplir los sueños. El anhelo de Jesica Salvini era trabajar en el automovilismo, movida por la pasión a los fierros que le impulsó su papá, y lo cumplió.
Se recibió de Ingeniera mecánica y comenzó a trabajar como ingeniera de pista en el TN, de la mano del Martos Competición, y en el TC, junto al Dole Racing y al Tomás Abdala Racing.
Hace un año, Jesica se ganó una beca de la FIA Motorsport Engineering para realizar una Maestría en la Universidad de Cranfield y, desde Inglaterra, conversó con Tribuna 2 sobre su increíble experiencia.
¿Cómo viene siendo la Maestría que estás realizando en Inglaterra?
La Maestría es sobre ingeniería de autos de competición, en la Universidad de Cranfield, gracias a una beca que obtuve de la FIA. Tiene una primera parte con clases dictadas por los distintos profesores que van cubriendo distintos aspectos de un auto de competición, como ser motores, aerodinámica, dinámica vehicular, estructuras, materiales compuestos, electrónica… Y tuvimos trabajos prácticos para cada materia y exámenes, que ya los cumplí. También tuvimos un proyecto grupal, de entre 10 y 12 personas, que se trató del diseño de un auto de carreras para un tipo de competencia específico que dan los profesores, y que tenía un reglamento que cumplir, y estuvo buenísimo, porque al tener un reglamento propio virtual, te hace pensar las cosas de manera distinta. Y ahora estoy enfocada en la tésis, que es un proyecto de desarrollo individual y, en mi caso, me enfoqué en neumáticos, porque lo que es suspensión y neumáticos es lo que más me gusta. La idea es terminar en septiembre para completar el año de Maestría, y después veremos, pero está muy bueno porque la universidad tiene mucha conexión con la industria y se abren muchas puertas del automovilismo en Europa. Es realmente increíble.
¿Cómo es el día a día? Estuviste en fábricas importantes y hasta en el GP de F1. ¿Es parte del proyecto universitario?
Estoy viviendo en el campus de la universidad, que está a 15 minutos de la ciudad de Milton Keynes, y es como que estamos en una burbuja. Tenemos prácticamente todo lo que necesitamos, pero no se vive el día a día como en cualquier ciudad de Inglaterra. Actualmente estoy más sola porque, como conté, estoy enfocada en la tésis individual, pero cuando trabajábamos en equipo, estábamos juntos casi todo el día. Visitamos fábricas y equipos de Fórmula 1, todo gracias a las conexiones que tiene la universidad, y fue alucinante porque si no es muy difícil acceder. Y al Gran Premio de Silverstone pude ir gracias a la FIA, que me dio la posibilidad de vivirlo desde el paddock, y fue buenísimo. La última vez que había estado en una carrera de F1 fue en Argentina 98, en la tribuna, así que pasó mucho tiempo, cambió mucho, je. Pero estar ahí y ver cómo se trabaja, que es muy distinto a lo que estamos acostumbrados, fue una experiencia increíble.
Vi que te hiciste de un grupo de estudio, ¿qué les contaste del automovilismo argentino? ¿Los hacés ver al TC?
Sí, los hice mirar TC, los hice tomar mate, ja, ja. Les llama la atención que sigamos teniendo una categoría tan tradicional y que nosotros cuidemos tanto ese aspecto. Por ejemplo, el simple hecho de decirles que corremos con carburadores, les llama mucho la atención, porque en Europa es algo que prácticamente no se ve. Pero les gusta mucho el sonido, algo que en Europa está muy limitado por reglamentos y por legislación, y el hecho de que las carreras son entretenidas, dejaron una buena impresión. Así que espero haber sembrado la semilla para que los sigan viendo, ja, ja.
¿Qué te parecen los nuevos TC?
No los vi personalmente, algo que me encantaría hacer cuando vuelva a la Argentina de poder verlos en pista, pero por lo que vi por la TV y por las redes, es un cambio enorme. Pertenezco a una generación que creció viendo los modelos tradicionales y un poco nos aferramos a eso de entrada, pero al mismo tiempo pienso que es un cambio que, en cierto punto, era inevitable. Así como tuvimos un gran paso de las Cupecitas a los modelos que tuvimos hasta ahora, en algún momento se iba a dar una renovación así. La Chevy, el Torino, el Falcon y la Dodge eran modelos que se veían en la calle y que las familias tenían. Mi papá tenía una Chevy y yo quería que ganara el auto de mi papá, era parte del folclore. Pero son autos que, lamentablemente, se ven cada vez menos y hay o va a haber generaciones que no los van a ver, entonces el mero recambio generacional, iba a traer consigo la renovación. Quedaron muy lindos, les está yendo bien en performance también, aunque es un año de transición. Me gusta mucho la estética que tienen y considero que la competitividad se va a seguir manteniendo y que las carreras van a ser divertidas.
¿Cuál es tu idea una vez que termines la cursada; quedarte en Europa o venir a aplicar todo lo aprendido al automovilismo argentino?
Lo primero que voy a hacer es volver a la Argentina, porque extraño mucho a mi familia, a mis amigos… No es fácil estar acá porque se extraña un montón, por momentos es muy difícil, pero me gustaría encontrar alguna oportunidad de trabajo en Europa. Más que nada porque, como conté antes, la parte estudiantil es como una burbuja y me gustaría experimentar más la parte práctica del trabajo y empaparme un poco más de todo lo que hay acá; formas de trabajo, nuevas tecnologías y tener un par de años de experiencia antes de volver al automovilismo argentino. Nunca descarté volver porque nuestro automovilismo me gusta mucho, me ha dado mucho y lo disfruto un montón. Me siento muy cómoda. Pero me gustaría ganar un par de años de experiencia de este lado del Atlántico, con la idea de seguir aprendiendo y tener distintas experiencias.