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Nostalgia pura: los autos del Flaco rugieron en San Nicolás

En el circuito que lleva su nombre, la Chevy violeta de OCA y el Ford de West del Flaco Traverso emocionaron a todos con sus aceleradas.

La ciudad de San Nicolás volvió a vibrar con la presencia de dos verdaderos íconos del automovilismo argentino. En esta oportunidad, llegaron hasta el predio dos autos que marcaron la historia del “Flaco” Juan María Traverso: el Chevrolet violeta de OCA con el que fue tricampeón y el Ford de West, aquel con el que regresó al Turismo Carretera tras su paso por Europa.

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“Trajimos la Chevy y el Ford West, los autos más emblemáticos del Flaco. Es una gran alegría poder mostrarlos a metros de donde él vivía. La gente del ambiente los recuerda con mucho cariño”, contó el gran Eduardo Bouvier, responsable de su restauración y puesta en valor, en diálogo con Tribuna 2.

La icónica Chevy de Juan María Traverso es uno de los autos más emblemáticos del Turismo Carretera: con él, el Flaco conquistó campeonatos inolvidables (1995,1996 y 1997) y escribió algunas de las páginas más recordadas de la categoría, dejando su huella de talento y coraje en cada carrera.

La otra joya que paseó por el trazado nicoleño fue el Ford de West, ese que condujo tras su paso por Europa y que marcó el regreso al TC, un auto que marcó su vuelta triunfal a las pistas argentinas.

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Bouvier, quien fuera piloto y expresidente de la Fórmula Renault, actual integrante del equipo de trabajo del Museo del Turismo Carretera ubicado en el autódromo “Roberto Mouras” de La Plata inaugurado en el 2013, es el encargado de preservar gran parte del patrimonio histórico de la categoría más importante del país.

“En el museo hay 107, 108 autos. La mayoría son campeones y originales; algunos pocos son réplicas porque se destruyeron en accidentes y no se pudieron restaurar. Por ejemplo, del auto de Mouras solo se pudo rescatar el motor”, explicó. Sin dudas, un hombre de mucha trayectoria, conocimiento e historia dentro del deporte motor.


El trabajo de Bouvier mantiene viva la memoria del TC y también su propia pasión. “Esto me mantiene vigente, en lo que me gusta, en lo que hice toda mi vida. Corrí en el TC, en la Fórmula y ahora sigo cerca de las carreras desde otro lugar”, dijo, aunque con cierta nostalgia: “En un momento me pone mal porque ya no hay repuestos, estos autos son viejos, pero es una forma de entretenerse y mantenerse vigente”.

En el Ford de Traverso, que estuvo en exhibición durante el evento del TC, todavía se puede leer la firma del propio Flaco en el techo, un detalle que emociona a todos los que se acercan. Y como era de esperarse, Bouvier guarda miles de anécdotas junto a él: “Hace poquito, cuando ya estaba enfermo, fuimos al autódromo. Llevé el Trueno Naranja porque en ese momento el presidente de Toyota tenía un amigo y quería dar unas vueltas. El Flaco me dice: ‘¿No me lo vas a prestar?’. Le dije que sí, y se subió como siempre, con esa picardía que tenía. Me acuerdo que me gritó: ‘Pibe, correte que te paso por arriba con el auto’”.

El testimonio de Bouvier revive momentos gloriosos del automovilismo argentino, el espíritu de una época en la que Traverso era sinónimo de talento, carácter y espectáculo. “Lástima que no está el Flaco, porque si no, ya estábamos dando una vuelta a la pista”, se lamentó Eduardo, mirando los autos impecables que alguna vez manejó su fiel amigo.

Morena PEREZ NIETO
Por Morena PÉREZ PRIETO
Fotos Tribuna 2
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