Resurgió de las cenizas: en solo diez días, la cupé de Robledo volvió al ruedo
“Tirale vinagre”. “Lavala con agua bendita”. “Colgale una ristra de ajos”. Estas fueron algunas de las sugerencias que le hacían a Cristian Robledo cada vez que, por una cosa u otra, no podía terminar una carrera del TC2000 Platense con la cupé Fiat 125.
“El auto lo compré en octubre del año pasado (ex Emiliano Puerto) y, desde entonces, no pude llegar en ninguna carrera; en todas estábamos para ganar, pero por una cosa u otra, no podía terminar. Después de la quinta fecha en el Mouras, donde habíamos hecho el récord del circuito y todo, al lunes siguiente, quisimos modificar algunas cosas y le habíamos sacado las butacas, la batería y un par de cosas más. Uno de los chicos se pone a laburar sobre el auto, va a buscar unos elementos al taller del fondo y, de la nada, explotó”, le cuenta el piloto y preparador de Tolosa, presente en la categoría desde los inicios de la misma, allá a fines de los 90’, a Tribuna 2.
“No sabemos qué pasó todavía, porque el coche no tenía la batería, así que un cortocircuito no pudo haber. La cuestión es que nos pusimos a laburar para recuperarlo para la carrera siguiente. Cerramos el taller (RC Motorsports) y nos pusimos a trabajar a fondo en la Fiat, las 24 horas”, expresa el “Negro”.
La cuestión es que, en diez días, la cupé estaba nuevamente lista para largar, aunque con nuevos tonos. “Mi hija eligió el color, más agresivo y moderno, y yo le hice las combinaciones en gris con los ploteados… Además, la cambiamos de color para ver si cambiábamos la suerte también”, relata Robledo, quien en la primera final de la sexta cita ¡llegó 6°! y se ubica 10° en el campeonato.