Con esfuerzo, unión y mucho trabajo puertas adentro, Cristian y Gastón Álvarez lograron consolidar a su equipo dentro del TC.
Los hermanos Gastón y Cristian Álvarez atraviesan un momento especial dentro del Turismo Carretera. Su estructura, el Hermanos Álvarez Motorsports, viene creciendo paso a paso y este fin de semana, en la décima fecha del calendario en el autódromo de Buenos Aires, volvieron a mostrarse como protagonistas en cada salida a pista.
Elio Craparo ganó su serie y lideró buena parte de la final, aunque la suerte le jugó una mala pasada en el desenlace. Nicolás Bonelli mantiene una gran regularidad a lo largo de la temporada, con varias carreras dentro del top ten y un quinto puesto en Toay como mejor resultado. Incluso llegó a estar clasificado a la Copa de Oro, hasta que una rotura de motor en el “Gálvez” lo dejó sin chances. Por su parte, Norberto Fontana estuvo muy cerca de la victoria en San Juan durante el “Desafío de las Estrellas” de San Juan.
El presente del equipo es el resultado de un trabajo silencioso y constante. Cristian Álvarez lo resume con claridad: “La primera parte del año anduvimos bien con Elio y con Nico. En San Juan estábamos para ganar con Norberto. No se cambió la manera de trabajar, lo venimos haciendo bien hace un tiempo ya, ojalá se nos empiecen a dar los resultados”.
La base de este progreso está en el esfuerzo puertas adentro, donde cada detalle marca la diferencia. “Lo que es el trabajo en el taller influye mucho. Es tratar de ir a las carreras y no renegar, que no se compliquen las cosas, te facilita todo. En eso trabajamos mucho en el taller”, explica Cristian, desde el recinto de Chacabuco.
Esa unión se refleja también en la relación con los pilotos: “Nos damos una mano entre todos, nuestro equipo es humilde. No nos sobra el presupuesto, este año por ese motivo no hemos ido a probar con ninguno de los tres pilotos. Cada uno aporta su grano de arena, somos muy unidos entre todos”.
En cuanto al análisis de lo que va del año, Cristian hace un balance positivo: “Este año fuimos muy parejos con Nico, estábamos entrando en la Copa hasta la rotura del motor. Con Elio tuvimos altos y bajos, arrancamos muy bien el año con un puesto siete en El Calafate, este fin de semana se vio lo protagonistas que podemos ser. Y con Norberto tenemos que seguir trabajando en el Camaro, el potencial se vio en San Juan”.
Más allá de los resultados, el significado de este presente tiene un valor especial: “Significa muchísimo, estar todo el día encerrados en el galpón, metiéndole horas, con poco presupuesto y pelear con estos monstruos como pilotos y como equipos. No ganamos nada todavía pero está al caer, un primer podio o primera carrera, es un orgullo este presente”.
Finalmente, Cristian destaca lo que implica compartir este camino con su hermano: “Mi relación con Gastón es laboral desde que él corría en el TC Pista, armábamos el auto juntos con el esfuerzo de nuestro viejo. Por presupuesto no se pudo seguir y hoy por hoy se nos dio de alquilar el auto que tenemos y a partir de ahí empezamos a atender autos. Con Gastón le ponemos mucho huevo, es mi mano derecha”.
Con humildad, esfuerzo y un fuerte trabajo en equipo, los hermanos Álvarez ya se ganaron un lugar entre las estructuras competitivas del Turismo Carretera. El primer podio o la primera victoria parecen ser cuestión de tiempo.
