Los preparadores José Miguel Herceg y Jorge Pedersoli fueron reconocidos en la Legislatura porteña por sus prolíficas trayectorias.
Hace 50 años, el Turismo Carretera tenía el duelo Ford y Chevrolet a flor de piel. Los Óvalo eran casi imbatibles y los del Moño, con Roberto Mouras como bandera, les daba pelea.
Y así como las marcas tenían una batalla deportiva en cada camino del país en el que se presentara la máxima categoría, en los talleres, esa batalla se trasladaba a las manos de dos preparadores que trascenderían en la historia grande del automovilismo argentino.
José Miguel Herceg, el “Polaco”, era el encargado de los motores de los Falcon, dominadores de aquella época con “Pirín” Gradassi, Nasif Estéfano y Juan María Traverso con el equipo oficial. Del otro lado, desde su base de San Martín, Jorge Pedersoli, el “Peluca”, estaba al detalle de los impulsores del “Moño”, con el inolvidable “7 de Oro” de Mouras que, hasta hoy tiene el récord de seis victorias consecutivas, como producto Premium.
Por esto, y por muchos logros más (Herceg dominó los inicios del TC2000 con los Taunus y los Sierra y Pedersoli se consagró con Traverso y Peugeot en los 90 y, en TC, en la nueva era del TC con Ortelli y Ledesma), la Legislatura porteña los reunió y los homenajeó por sus extensas y prolíficas campañas deportivas.
Un mimo para dos glorias, para dos gigantes del automovilismo autóctono, esos que impulsaron (nunca mejor dicho) al TC a ser lo que es hoy.
Foto AAV – Texto Fernando Rossetti
