Felicidades, “Polaco”: hoy José Miguel Herceg cumple 88 años
Es uno de los preparadores más exitosos del TC. En los 70’, nadie le ganaba a los Ford preparados en su taller de la calle Bogotá en General Pacheco, el cual se mantiene casi como en aquella época, a unas pocas cuadras del centro de la ciudad situada en el Norte bonaerense.
José Miguel Herceg nació el 13 de septiembre de 1936 y hoy celebra un nuevo cumpleaños. A continuación, algunas frases del “Polaco” en una nota realizada hace algunos años por un miembro de Tribuna 2.
“Acá no teníamos horarios, ni feriados, nada. Sabíamos cuándo empezábamos pero no cuándo terminábamos. Creo que ese fue el secreto del éxito; el trabajo. Por ahí veníamos de una carrera, bajábamos los autos e, inmediatamente, nos poníamos a trabajar para la otra competencia”.
“Cuando mi mamá se enfermó, nos vinimos a vivir para acá y empecé a trabajar en la estación de servicio; despachaba nafta. Y los fines de semana, iba al taller de la estación para hacer reparaciones. El dueño me dejaba las llaves y repuestos, y el lunes le rendía. Con lo que pude hacer ahí, me compré una bicicleta de carrera. Corrí tres carreras. Gané una, en la otra salí segundo y en la otra no figuré porque yo tenía 11 años y era para menores de 17. Entonces eso no me gustó y me propuse comprarme una moto”.
“Estábamos trabajando en el taller y, a la media mañana, viene el chofer del presidente de Ford, un tal Fernández, que me conocía porque venía a comprarme bujías especiales para los coches de carrera y los karting, con un directivo que habían mandado de Norteamérica. El hombre hablaba bastante bien el español y me dice que querían que fuera a trabajar con ellos, para el desarrollo de los motores del Ford Falcon. Le digo que me interesaba pero que no les podía contestar porque me habían venido a ver de IKA-Renault, y le muestro la tarjeta. La mira y dice: ‘¡Ah, éste ya vino por acá!’, y cuando ve lo que me habían ofrecido, me mira y me dice: ‘Esto te lo vamos a mejorar’, y me ofrece hacer un contrato ahí mismo. Le digo que tenía que hablar con la gente de Renault, pero que, al otro día, lo iba a llamar. Y así fue, les agradecí a los de Renault y a la tarde del otro día estaba en la planta de Pacheco”.
“Sabía que íbamos a andar bien con el equipo Ford, pero me sorprendí con el éxito que tuvimos. El secreto creo que estaba en que nosotros nos hacíamos todo; tanto en el motor como en el auto. Fabricábamos los discos de frenos, los calipers, adaptábamos las pastillas. También nos hacíamos los diferenciales. Y buscábamos siempre el equilibrio en todo, entonces eso requería de muchas horas de trabajo”.
“Nunca tuve un problema con los pilotos… Los problemas venían por el entorno. En una carrera, no me acuerdo si era en Los Cóndores, venía ganando uno, le hago señas para que vaya más despacio y vino el otro y le ganó. La política mía y del equipo era que vayan ganando escalonadamente, para que estén primero y segundo en el campeonato, porque si uno estaba primero, y el otro tercero, y el que va liderando llegaba a tener un accidente o rompía algo, salía campeón el segundo. Entonces les decía que todos éramos empleados de Ford y tenía que salir campeón Ford, y si estaban para definir el campeonato los dos, lo definirán entre ellos. Y en eso no hubo problemas, porque lo entendieron”.
El equipo Ford logró los títulos 1972-74-75-76 (Gradassi), 1973 (Estefano) y 1977-78 (Traverso).