
El mayor de los Benavides comunicó que no continuará su carrera deportiva como piloto de motociclismo profesional.
Con emoción, orgullo y una historia marcada por la superación, Kevin Benavides, bicampeón del Rally Dakar, anunció su retiro del motociclismo profesional. Su decisión marca el cierre de una etapa inolvidable en el deporte motor argentino y mundial, donde su nombre quedó grabado como sinónimo de lucha, resiliencia y gloria.
A los 36 años, y luego de más de dos décadas de carrera, el piloto salteño se despide de la alta competencia como uno de los grandes íconos del rally-raid. Desde sus comienzos en motocross, su paso por el enduro y su consagración en las arenas del Dakar, Kevin forjó un camino que lo llevó desde el norte argentino hasta la cima del deporte internacional.
Su primera coronación en el Dakar llegó en 2021 con Honda, siendo el primer sudamericano en lograrlo en motos. Ese mismo año, dio un paso valiente al incorporarse al Red Bull KTM Factory Racing, donde consolidó su lugar entre los grandes con un segundo título en 2023, esta vez con la KTM 450 Rally. Así, Kevin se convirtió en el primer argentino en ganar el Dakar con dos marcas diferentes.
Un adiós con valor y conciencia

La noticia de su retiro llega tras el accidente sufrido en mayo de 2024 en Salta, que le provocó una lesión severa en el brazo izquierdo. Aunque disputó el Dakar 2025, cumpliendo el sueño de compartir equipo con su hermano Luciano, su cuerpo le marcó el límite. Con sinceridad y entereza, lo comunicó en sus propias palabras.
“Hoy no es un día fácil, pero sin duda es especial. Después de tantos años compitiendo, pilotando motos desde los tres años, recorriendo los terrenos más difíciles del planeta, experimentando victorias, accidentes y lecciones que me cambiaron la vida, he tomado una de las decisiones más difíciles de mi vida: poner fin a mi carrera profesional en el motociclismo. Decirle adiós a la moto es como desprenderme de una parte de mí mismo, pero lo hago con orgullo. De Salta, Argentina, al mundo, convertirme en piloto oficial, ganar el Dakar dos veces y hacer historia en el rally y el deporte argentino: estos eran sueños que antes parecían imposibles. No es así como imaginé mi retiro, pero mi lesión me impide competir al 100%, y siempre he competido con todas mis fuerzas. Aun así, estoy profundamente agradecido por todo lo que he logrado. Quiero agradecer a mi familia, a mi equipo, a la afición y, especialmente, a KTM, por creer en mí y apoyarme en todo. Espero seguir cerca de la familia KTM y apoyar a mi hermano. Luciano, y sigan contribuyendo al deporte de nuevas maneras. El Dakar me enseñó que no hay límites cuando amas lo que haces y eres humilde. Gracias a todos por ser parte de este viaje”.
Más que un piloto: un referente

Kevin no solo será recordado por los títulos, sino por la forma en la que los consiguió: con esfuerzo silencioso, humildad, entrega total y un espíritu de equipo admirable. Fue líder dentro y fuera de la pista, respetado por sus rivales, querido por su entorno y admirado por miles de seguidores que vieron en él un ejemplo de perseverancia y nobleza.
Su legado deportivo se sostiene en resultados, pero también en valores. Desde KTM, su último equipo, expresaron un profundo agradecimiento por estos años compartidos, subrayando su profesionalismo, energía y la inspiración que representó para toda la familia del rally.
Aunque se retira de la competencia, Kevin seguirá vinculado al deporte. Su intención es continuar cerca de KTM, acompañar a Luciano y colaborar desde otros lugares: como coach, embajador o formador de nuevas generaciones. También ha manifestado interés en explorar el automovilismo.
Una historia que inspira
Kevin Benavides se retira como uno de los deportistas más influyentes del interior argentino, llevando la bandera de Salta al lugar más alto del podio mundial. Desde las dunas de Arabia hasta los caminos de su tierra natal, inspiró a una generación que aprendió con él que soñar en grande es posible, aún desde los márgenes del mapa. El motociclismo lo despide con respeto. El país, con admiración. Y quienes lo acompañan, con gratitud profunda.
