Costanzo lleva casi 30 años caminando los boxes del TC y, por primera vez, se consagró preparando el motor del Camaro del “Titán”.
Ni en el mejor de los sueños imaginó Martín Costanzo este fin de año. En una semana, se consagró campeón como motorista del Camaro de TC y la S10 de TC Pick Up con Agustín Canapino.
“Estamos empezando a disfrutar todo. Es difícil de expresarlo, porque vivís algo que nunca antes te pasó. Por ejemplo, se me llenó el teléfono de mensajes, llamados, y es algo que solamente con el TC pasa. Mirá que gané 65 carreras entre TC Pista y TC Mouras, seis campeonatos, pero ganar en el TC tiene una repercusión impresionante”, le contó el preparador a Tribuna 2.
Y relató cómo empezó a transitar los boxes: “Arranqué en el 99 en el TC, pero no preparando motores, sino con algo que siempre me apasionó que es la carburación. Después, de a poquito me fui metiendo con los motores, con una cosa, con la otra y hoy estamos con un lío infernal, ja, ja”.
El título como motorista del campeón se hizo esperar, y Martín sabe que, de ahora en más, será otro objetivo. “Lo más difícil va a ser, como dicen todos, mantenerse. Pero seguiremos trabajando de la misma manera. Los resultados son circunstancias de un montón de factores; por ahí llegás a una definición con todo óptimo, auto, motor, y se te pincha una goma y perdés todo. Por eso, hay que estar contento con el trabajo de uno, tratar de hacerlo de la mejor forma posible y los resultados, si se tienen que dar, se dan. Hay que ser constante, no perder la cabeza y mantener el formato de trabajo de cada uno”.
Con respecto a su relación con Canapino, a quien no conocía personalmente antes de comenzar a trabajar juntos en septiembre de 2024, Costanzo expresó: “Agustín es un fenómeno, te la hace fácil. Nunca me metió presión, nunca vino al taller a decirme: ‘Che, falta acá, falta esto’. Nosotros siempre tratamos de darle un motor que esté a la altura de las circunstancias, como es el nivel del TC. Gracias a Dios lo pudimos cumplir, nunca tuvimos ningún problema por suerte, y nunca se quejó de nada”.
Al tiempo que lo describió: “Es muy detallista, terriblemente detallista, fanático de la confiabilidad y como es muy autoexigente, eso te lo contagia. A mí nunca me dijo nada, porque traté de ponerme a su altura y responderle siempre de la mejor manera… Es un tipo que está primero y está viendo qué le puede corregir al auto para mejorar”.
Un motor para un piloto especial
A fines de enero, cuando el TC Pista Mouras inicie su campeonato, Martín tendrá que entregar un motor Chevrolet para un piloto muy especial: su hijo Máximo.
El pibe, quien tendrá 15 años cuando debute con la Chevy de la mano del RUS MED Team, contará con un motor hecho por su papá. “Es una alegría. Este año, la verdad, se dieron muchas cosas lindas juntas. Vamos a poder compartir más tiempo, porque él hacia karting y yo entre el TC y el Mouras, no tenía mucho tiempo”, manifestó Martín con los ojos brillosos de orgullo.
“El otro día vinimos a probar y fue una sensación rara. En su momento le pedí un consejo a ‘Johnny’ De Benedictis y me dijo que iba a ser lo más lindo que me va a pasar. Y cuando lo vi el otro día que subió al auto con 14 años, se sentó en estos autos tan grandes y pasó a fondo por la recta, fue una emoción y una alegría enorme”, exteriorizó.
Fotos Tribuna 2 / Por Fernando Rossetti
