
Una figura reconocida del automovilismo, José Luis “Puchi” Talermann combina pasión, perseverancia y hasta un toque de magia en cada historia.
Hablar con José Luis Talermann es entrar a un mundo donde los motores laten fuerte, las anécdotas brotan solas y hasta aparece, de vez en cuando, un truco inesperado. Con 67 años y una vida entera entregada al automovilismo, este entrerriano de Concordia es hoy parte esencial del equipo Dital, una estructura que ha visto pasar a grandes talentos y que sigue siendo semillero de futuros campeones.
Antes de empezar, pide un segundo: “Voy a apagar el cigarrillo porque queda fea la nota con el cigarrillo… Entonces vamos a hacerlo con tu complicidad; sopla y desaparece el cigarrillo”, dice entre risas. Así, aparece el otro Talermann: el mago, el que entretiene en los boxes, en los viajes y en las esperas eternas de un autódromo. “Algo de magia para entretener a los chicos y a los conocidos cuando venimos y divertirnos un poco”, expresa con una sonrisa.
Los inicios, cuando la pasión recién arrancaba

Talermann comenzó a correr a los 20 años, en la Fórmula Entrerriana. Luego, llegó el salto nacional. “Corrí con los Datsun 280ZX, una categoría monomarca donde estaban los mejores pilotos”, recuerda. Y agrega: “Ahí conocí a muchos, los Di Palma, Traverso, Cocho López, Tito Bessone, toda la camada de pilotos de primera línea, tuve la oportunidad de competir con ellos”.
Fue una etapa corta, pero intensa. Más tarde vinieron las categorías zonales y, de a poco, el alejamiento. Hasta que la vida dio un giro inesperado: su hijo, también llamado José Luis, quiso probar un fórmula a los 17 años. Aquella prueba fue el inicio de un camino que los uniría para siempre.

“Anduvo muy bien en la prueba y ya a la fecha siguiente con Marcelo Ramini, se le ocurrió probar un auto en Nueve de Julio, no era para correr, era para probar pero andaba muy bien en los tiempos, quedó quinto ese fin de semana. Ahí inició su carrera deportiva”, cuenta con orgullo. Dos años más tarde, su hijo José Luis fue subcampeón en el año 2013, por apenas dos puntos.
Dital, un equipo que forma pilotos y escribe historias
Ya metido de nuevo en el automovilismo, Talermann formó el prestigioso equipo que hoy conocemos, el Dital. Desde entonces, la estructura creció paso a paso, ganó campeonatos y se convirtió en plataforma para jóvenes promesas. “Sacamos campeón a Denis Martin, a Ricardito Degoumois en 2016, dos campeonatos de Teti Mancuso”, enumera.
Hoy en la actualidad su hijo José Luis se dedica a preparar pilotos que viajan a Europa. “Tenemos autos especialmente preparados con cajas secuenciales, con levas en el volante, como usan allá. Estamos entrenando a varios. El año pasado se entrenó a Nano López para su viaje afuera, al año y pico Nano es campeón en Europa”.

Por otra parte “Puchi” relata: “Ahora otro chico, de apellido Bulbarella, que también estuvo entrenando hace dos o tres semanas para viajar a Europa, también va ser revelación, así que un orgullo para nuestro equipo poder preparar a esos chicos”.
Los pilotos que dejan huella
Cuando se le pregunta por un piloto que lo haya marcado, la respuesta es sincera: “Hay buenos pilotos, hay buenos pilotos”, resalta Talermann.
De todos, recuerda a tres con especial afecto: Teti Mancuso, Gianfranco Barbara y el gran Denis Martin. Sobre este último se detiene: “Un pilotazo con todas las letras. Lo elegí, le armé un auto cero kilómetro, lamentablemente después al año siguiente tuvo ese accidente en la ruta, pero era muy buena persona”, dice con una mezcla de orgullo y nostalgia.
Un oficio y una pasión compartida con su hijo
A Talermann le encanta poder acompañar a su hijo en esta vida de carreras. Él se dedica a vincular jóvenes talentos con equipos europeos de primer nivel de los cuales tiene mucho conocimiento y sabiduría. “Un gusto compartir con él, para mí me saca un poco de mi trabajo, que es la venta de autos”, afirma. En los últimos tiempos, incluso asumió nuevas tareas dentro del equipo, como manejar el motorhome y reconoce entre risas que termina haciendo un poco de todo.

La familia, el otro equipo
Aunque su rutina lo lleva muchos días fuera de casa, su familia lo acompaña incondicionalmente. “Mi hija me reclama a veces porque la dejo sola en el negocio, pero estamos en contacto hoy con la tecnología y la voy ayudando lo mismo, pero ya están acostumbrados”.
El origen del nombre Dital
La historia del nombre también tiene su encanto. “Se formó hacia finales de 2013, 2014, cuando armamos con Patricio Di Palma la compra del primer auto. El Di de Di Palma y el Tal de Talermann. Él después se abrió del proyecto porque se quería dedicar a otra cosa, pero el nombre quedó firme, Di Palma-Talermann, Dital”, indica “Puchi” recordando viejos tiempos y los inicios del equipo.
Así es José Luis “Puchi” Talermann, preparador, formador, padre, mago y protagonista silencioso de un mundo que ama desde los 20 años. Su vida es fiel testimonio de que la pasión verdadera nunca se apaga, se transforma, se comparte y se multiplica. Un hombre de trabajo, perseverante y audaz que sigue encontrando en un autódromo el mejor lugar para vivir y disfrutar la vida.








