El rosarino Monti atraviesa un presente enfocado en el trabajo en equipo, la mejora constante y un proyecto integral dentro y fuera de la pista.
Ignacio Monti vive uno de los momentos más equilibrados y conscientes de su carrera deportiva. Desde Rosario, el piloto de la Fórmula 2 Argentina atraviesa un presente que define como “muy positivo”, no solo por el rendimiento en pista, sino por el proceso personal y profesional que viene construyendo carrera tras carrera.
El crecimiento, aclara, ya no es aquel salto vertiginoso de los primeros años. Hoy se trata de ajustes finos, de “pequeñas cositas” que terminan marcando la diferencia. Décimas que se ganan con trabajo, análisis y una búsqueda permanente de mejorar. Monti entrena, estudia, lee, utiliza el simulador y el gimnasio como herramientas cotidianas que son fundamentales en su proyección en la búsqueda de ser piloto profesional. Y lo hace con una convicción clara: cuando algo te apasiona, deja de sentirse como sacrificio y se transforma en disfrute.
Ese amor por el automovilismo nació temprano. A los 10 años dio sus primeros pasos en el karting, en circuitos de tierra cercanos a su zona, con recursos limitados y conocimientos básicos. Un comienzo humilde, sostenido por el acompañamiento incondicional de su familia y el apoyo de las personas que fue encontrando en el camino. Un entramado humano que, con el tiempo, se volvió central en su forma de entender el deporte.
La temporada actual fue especial justamente por eso. Monti decidió poner el foco en el trabajo en equipo y en las personas detrás de cada función. Entender al automovilismo no solo como un ámbito profesional, sino como un espacio de conexión humana. “Cuando todo el equipo está en la misma sintonía, con las mismas ganas, se genera una diferencia”, sostiene. Y esa cohesión fue una de las claves que potenciaron su rendimiento y crecimiento.
En ese camino, su vínculo con el RUS MED Team ocupa un lugar destacado. Para Nacho, formar parte del equipo es un honor y una responsabilidad. Se identifica con sus valores, con el sentido de pertenencia y con la exigencia de representar una estructura de primer nivel. Esa motivación extra lo empuja a superarse día a día, dentro y fuera del auto.
Fuera de la pista, Monti también construye y escribe su propia historia. Estudia Marketing y transita el segundo año de la carrera, combinando dos pasiones que no siempre conviven con facilidad. La exigencia académica y la deportiva se alternan prioridades, pero el objetivo es claro: aplicar sus conocimientos al desarrollo de su marca personal y aportar una mirada integral al marketing del equipo. Todo lo asume con responsabilidad y compromiso, consciente de que cada decisión forma parte de su proyecto y de una proyección firme hacia el futuro.
En un automovilismo completamente sostenido por sponsors, Nacho entiende que la gestión es tan importante como el manejo. Conseguir apoyos no es sencillo, y mantenerlos requiere un trabajo constante. Por eso prioriza la fidelización, el trato cercano y la experiencia. Junto a su equipo, trabaja fuertemente en ese sentido, buscando que el sponsoreo no sea solamente una calcomanía en el auto, sino una propuesta que vaya mucho más allá. Desde el marketing, concibe cada acuerdo como un producto añadido: cuando presenta una propuesta de sponsoreo, es integral, pensada para generar valor real y una experiencia única para cada marca durante el fin de semana de carrera y más allá de la pista.
Autocrítico, reconoce aspectos a mejorar, especialmente en la comunicación durante los fines de semana de carrera. Pero esa honestidad forma parte de su identidad: aprender de los errores para seguir creciendo.
De cara al 2026, los objetivos están claros. Correr toda la temporada de Fórmula 2, ser protagonista, pelear el campeonato y reducir errores. En dos o tres temporadas, se imagina arriba de un TC Pista, con un campeonato o subcampeonato de la Fórmula 2, títulos que respalden su camino, siendo un piloto reconocido tanto por sus dotes al volante como su calidad como persona. ”Dejar una huella positiva en el deporte, ese es mi objetivo principal, intentar aportar mi granito de arena para hacer el automovilismo un deporte más masivo y más lindo para toda la gente”, expresa con emoción.
A su vez, tiene sueños que inspiran. “Me encantaría estar corriendo en el TC Pista al máximo nivel de rendimiento, como lo está haciendo mi equipo del Rus Med Team. Mi sueño es poder llegar al TC junto al Rus Med, ganar carreras y campeonatos”, cuenta Nacho.
Con los pies firmes en el presente y la mirada puesta en lo que viene, Monti se proyecta como un piloto en pleno crecimiento. Su compromiso dentro y fuera de la pista, la seriedad con la que encara cada desafío y una visión integral del automovilismo lo posicionan como una de las jóvenes promesas con mayor proyección. El camino recién empieza, pero el futuro ya lo encuentra preparado para dar el salto.
Fotos Tribuna 2
