
Pereyra, empresario y piloto del Turismo Zonal Tierra, describe lo que se siente conducir un auto de competición sobre el polvo.
Mariano Pereyra es el alma detrás de Efmarco, una empresa con fuerte historia en el acompañamiento del automovilismo regional, pero también es un apasionado de la velocidad.
En sus tiempos libres se calza el casco y corre en el Turismo Zonal Tierra, una de las categorías más tradicionales del automovilismo bonaerense. Hoy, su equipo transita un año con buenos resultados, pero aún con desafíos por resolver.
Al momento de hablar sobre la temporada, dice: “Estamos mucho mejor que años anteriores. Venimos con un auto que se empezó a trabajar apenas terminó el campeonato pasado, renovando algunas cosas en el chasis y trabajando para tener un motor competitivo”.

Sin embargo, hay un problema persistente que viene complicando sus chances: la temperatura del motor. “No estamos pudiendo resolverlo y eso me privó la chance de subirme al podio en las primeras carreras. Pero estamos ahí, peleando mano a mano con los líderes. Esperamos poder meternos de lleno en la lucha en esta segunda mitad del año”, cuenta.
Cuando Tribuna 2 lo consultó sobre las virtudes de la pista de tierra por sobre la de asfalto, Mariano indica: “La tierra tiene un sabor distinto. Al ser una categoría de tracción trasera, sumado a la superficie, hace que el auto rolee, colee y pueda entrar en trompo mucho más fácil que en asfalto. Es un manejo completamente diferente”.
Además, el terreno se va modificando a lo largo del fin de semana, lo que exige una atención constante. “A diferencia de un circuito de asfalto, este va cambiando con el pasar de las tandas. Hay que estar siempre atento y trabajando en la puesta a punto”, comenta.


Efmarco y el automovilismo: un vínculo con historia
Si bien hoy Efmarco, una empresa de control de plagas, ha reducido su participación directa en el automovilismo, Pereira mantiene su compromiso con el deporte motor. “Fuimos muy fuertes en su momento, pero hoy apostamos principalmente en nuestro propio equipo. Con los pilotos que trabajamos hay relaciones de muchos años, con algún acuerdo comercial de por medio. Eso nos ayuda a nosotros y al piloto, suma para ambos lados”.
Por último, cuando le preguntamos si tenía ganas de probar en el asfalto, el de Munro sostuvo: “El asfalto es lindo. De vez en cuando corremos en alguna fecha. A mí me gusta. Hay muchos zonales muy buenos, el Zonal Pista me atrae, la Monomarca Fiat también. En algún momento me gustaría probar con un seis cilindros, como en un TC Regional o un Procar. Pero la diferencia de costos entre tierra y asfalto es muy grande. Los neumáticos son un claro ejemplo”.
Mariano Pereyra no solo es un empresario que apoya al automovilismo: también lo vive desde adentro, con pasión, compromiso y un objetivo claro para lo que queda del año: pelear por el podio y seguir disfrutando de la tierra, donde el manejo tiene otro sabor.
