
Agustín logró dos victorias en Turismo Carretera 2000, una en TC Pick Up, una en TC y una en Turismo Pista como invitado. Un fenómeno total.
No descubrimos nada si decimos que Agustín Canapino es uno de los mejores pilotos de la actualidad. Y tampoco es exagerado esgrimir que se puede sentar en la mesa de los más grandes de la historia sin ponerse colorado.
Pero lo conseguido en los últimos 21 días es algo impresionante, sin precedentes en el automovilismo argentino. De las últimas cinco carreras que corrió, en cuatro categorías diferentes, subió en todas a lo más alto del podio.
Todo comenzó el domingo 29 de junio, en La Plata, cuando ganó por primera vez en TC Pick Up con la Chevrolet S10 del Canning Motorsports, victoria que le sirvió para meterse entre los 12 mejores del campeonato y ponerse como candidato al título de la Copa Shell.
Una semana después, en Termas de Río Hondo, se impuso en la Carrera 2 del Turismo Carretera 2000 al mando del Renault Fluence y saltó a la punta del certamen.

El domingo siguiente, en la presentación del TC en Concepción del Uruguay, quebró una racha de tres años sin éxitos (en dos temporadas corrió en Estados Unidos y solo participó de una docena de competencias) y venció por primera vez al volante del Chevrolet Camaro del Canning Motorsports.
Y el pasado fin de semana, festejó por partida doble. Primero en la final especial del Turismo Carretera 2000, junto a su hermano Matías, quienes dominaron la prueba con el Fluence.

Luego dominó en el Turismo Pista con el Chevrolet Onix, con una maniobra sobre el final de la carrera que quedará para el recuerdo por años, décadas, siglos.
