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El Rambler del Gitano: Sandro, un enamorado de los autos

Un día como hoy, en 1945, nacía Roberto Sánchez Ocampo, más conocido como Sandro. El Gitano era un artista full-full, cuyos inicios se dieron en el rock, con el grupo Los de Fuego, y hasta llegaron a llamarlo el “Elvis criollo”.

Pero a medida que fue ganando popularidad, y su imagen rockera fue mutando a un cantante romántico, con baladas latinas que derretían a las admiradoras (sus nenas), Sandro incursionó en el cine.

Sandro 280 SL

Y en cada película que filmó, la estrella siempre apareció al volante de un fierro de la época. En Siempre te amaré (1971), en el que personifica a un corredor de autos, condujo un Chevrolet Corvette Stingray; en El deseo de vivir (1973) manejó un Jaguar E-Type; en Tú me enloqueces (1976) la joya era un Mercedes Pagoda 280 SL celeste de su propiedad; y en Subí que te llevo (1980) apareció con un Mazda RX-7 rojo.

Pero, sin dudas, la reliquia preferida de Sandro era el Rambler Ambassador 990 de 1971 que aún descansa en una de las cocheras de su mansión de Banfield.

Hace unos años, en el Salón del Automóvil de Buenos Aires 2017, los fanáticos de los fierros pudimos disfrutar y admirar el coche de lujo del Gitano.

El Ambassador posee interior de cuero, con tapizado de las butacas y el asiento trasero color blanco con capitoné a pedido del dueño. En el apoyabrazos trasero, se esconde una whiskera, y en el delantero, hay apoyado un teléfono celular de la época, mientras que la alfombra es roja carmesí de pelo largo.

Debajo del capot, entre las penumbras, hay un motor Tornado que suena como un relojito. Por eso, seguramente, cada vez que el ídolo se subía a la máquina, se sentaba en esas butacas únicas y le daba arranque, diría: “Pero no me pidas, que no te ame así…”.

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