Eduardo Ruiz: “Destaco sobremanera lo de Canapino, fue brillante”
Celebro que en estos últimos años muchos aficionados hayan comenzado a ver y entender las carreras en óvalos, particularmente las 500 Millas de Indianápolis.
Sin dudas que la presencia del equipo Juncos, en su momento eliminando a Fernando Alonso en la clasificación por el puesto 33, y ahora con la labor de Agustín Canapino en uno de los bólidos de Juncos, motivan y acrecientan el interés en esta particular competencia.
Indy 500 es, posiblemente, una de las carreras más importantes del mundo. Pienso que es la más importante, pero no deja de ser mi opinión, subjetiva, y en consecuencia, no quiero pecar de terminante. Eso sí, no hay parangón con esta prueba. No solo por el marco deportivo que significan 33 autos corriendo a más de 350 kilómetros por hora de promedio, sino por el tremendo entorno y la cantidad de público que llega a 400.000 personas el día de las 500.
Es cuestión de vivirlo el evento. No todo es el día domingo. La actividad comienza casi dos semanas antes con pruebas, interminables pero necesarias, donde comienza a elevarse la temperatura. La cercanía de los pilotos con el público es algo común en la categoría Indy Car. La gente puede ir de un lado a otro, respetando ciertos lugares obviamente, pero siempre con tiempo para acercarse y poder disfrutar momentos con sus ídolos.
Merchandising, comidas, museos, camping, simuladores, etc., etc., son tan solo algunos de los distintos divertimentos a los que también tiene acceso el aficionado.
Las Indy 500, desde la bandera verde hasta la bandera a cuadros no da un segundo de descanso. Son más de tres horas donde equipos y pilotos dejan el 110% en la pista, buscando el mejor resultado posible, cada uno dentro de sus limitaciones. No es la misma ambición por la victoria que tienen Penske, McLaren, Ganassi o Andretti, que los objetivos fijados por otros teams entre los que puedo mencionar el Juncos Hollinger con Canapino al volante.
Destaco sobremanera lo de Canapino porque lo realizado este último domingo de mayo ha rozado casi la perfección. Atacó, pasó autos, fue tan o más rápido que los lideres, peleó mano a mano con pilotos de alto calibre como Power, Newgarden, Castroneves, Rasmussen, Dixon. Fue brillante. Respetó una estrategia impecable del equipo que fue excelente en su funcionamiento en cada pit stop, carga de combustible y cambio de neumáticos.
Es tan cruel la Indy 500 que un solo error, uno solo en más de tres horas, privó a Canapino de lograr seguramente una posición entre los primeros ocho. Hubiese sido la frutilla del postre y hoy estaríamos todos hablando de una heroica gesta deportiva en la carrera más difícil y rápida del mundo.
Sin embargo, un exceso de velocidad en boxes motivó una sanción y con ello perdió una vuelta y cayó al puesto 22. La crueldad de Indy 500 y la frialdad de los números no se condicen con el gran trabajo de Canapino y el equipo. Habrá otra oportunidad, no hay dudas. El conjunto ha progresado mucho y es posible augurar resultados importantes para ambos.
El mundo del deporte motor todavía habla de la definición entre Newgarden y O´Ward. El americano fue excelso en la maniobra final superando al mexicano. Se llevó por segunda vez consecutiva las Indy 500 y su habilidad en los óvalos es comparable ya a la de los grandes pilotos que fueron escribiendo la historia de esta carrera.
En el caso de O´Ward ha sido otra víctima cruel de las 500. Nunca tan cierto eso que del segundo nadie se acuerda. El llanto, la emoción del mexicano, resume claramente que en Indy o en Le Mans por mencionar dos competencias gigantescas, lo único que vale es ganar. El resto queda relegadísimo a planos menores, ya sea arribando en un segundo puesto o en cualquier otra posición.
Aunque parezca una contradicción no lo es porque O´Ward es integrante de uno de esos equipos que mencionaba anteriormente con una sola meta que es ganar las 500.
En fin. Cada año da material para escribir un libro acerca de lo que deja cada edición. Esta quedará en nuestros recuerdos como una de las mejores por como Canapino fue protagonista indiscutido. Vale incluso para algún desprevenido que miraba de reojo o con dudas el trabajo de Agustín en estos dos años donde es piloto de la Indy Car, con todo lo que eso significa.
Habrá mucho más, la seguimos.
¡¡¡Hasta todos los momentos!!!