
Desde hace casi dos décadas que el Campamento Los Melli se asienta en el mismo sitio. Allí, donde la recta del “Roberto Mouras” de La Plata empieza, están ellos, con sus banderas flameando.
Trapos con el “Moño” dorado de Chevrolet, de la Chevy de Marcos Di Palma con Don Roque, de Ortelli y Canapino son estandartes comunes, pero también llama la atención una bandera de Manu Borgert, entrerriano que está haciendo sus primeras armas con Ford.
“Nosotros somos todos de Chevrolet… Y de Boca, pero Manu es un amigo. Un día se quedó con el auto acá, lo ayudamos y desde ese día quedó una amistad. Así que cada vez que venimos hinchamos por Chevrolet y alentamos a Manu”, cuenta Julio, uno de los melli.

El otro hermano, Carlos Alberto, está en diagonal y es el compañero en una partida de truco intensa, poroto a poroto, contra Rubén y Luis. Estos amigos, más Ángel, que luce una remera de Borgert, acampan en el “Mouras” desde siempre, cada vez que hay TC, TC Mouras, TC Pick Up y toda actividad relacionada con la ACTC.
Los integrantes de este grupo son de Verónica, ciudad ubicada a 90 kilómetros del autódromo, y son mecánicos, profesión por la que son fanas del automovilismo. “Cada vez que hay carrera en La Plata, venimos. Llegamos los viernes y nos quedamos hasta el domingo a la tarde”, dice Rubén, mientras orejea las cartas.



“Antes íbamos a los semipermanentes; Punta Indio, Lobos, estuvimos cuando se mató Roberto (Mouras)… Pero era otra época. El TC era distinto, lo disfrazaron mucho, ¿dónde viste un Toyota en el TC? A mí no me gusta, lo venimos a ver, pero no me gustan”, comenta Julio, y da sus motivos: “Hace unos años, los coches eran todos distintos; cada uno se preparaba su auto, su chasis, su motor. Ahora son todos iguales, pero bueno, venimos porque esto es una pasión”.
Clarito, ¿no?
