Historias mínimas

Ayer nomás: cuando los argentos coparon Alfa Romeo

En 1977, dúos argentos con los Alfasud Sprint 1.3 descollaron en el Turismo Europeo. Zampa-Breard fueron campeones; detrás Serafini-Márquez.

El automovilismo argento de los 70 resultó un crisol de éxitos y de historias merecedoras de ser contadas. Franco Colapinto acapara gran parte de la atención de hoy por su estadía en la Fórmula 1, a pesar de las desventuras con Alpine.

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En aquellos años, era Carlos Reutemann quien deslumbraba a los enamorados fierreros con cada una de sus faenas en la Máxima en esas mañanas de domingo. Sin embargo, a la par del Lole había otros argentinos en pista, que quedaban eclipsados, pero que la historia los mantiene vivos. Por caso, en 1977 pilotos albicelestes descollaron en el Turismo Europeo, a tal punto que se pudo celebrar un título en la clase menor de una de las categorías más trascendentes del automovilismo internacional.

En entregas pasadas, apenas un puñado de semanas atrás, en Tribuna 2 dimos cuenta de lo que fue y significó la Fórmula 2 Europea, como preludio de la F1 de aquella era.

Contemporáneos de esa expedición en la F2 con el Flaco Traverso, Cocho López, Miguel Angel Guerra, Ricardo Zunino y Ariel Baskt, asomó en 1977 la otra Misión Argentina -la primera fue en Nürburgring con los Torino-que se metió de lleno en la competencia del Challenge Europeo de Turismo Grupo Dos.

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El equipo estaba compuesto por Juan Pablo Zampa, Eugenio Breard, Eduardo Márquez, Jorge Serafini y como suplente, el uruguayo Fernando Parrado, quien fuera sobreviviente de la tragedia de Los Andes en 1972, ocurrida en plena cordillera de Los Andes.

El Campeonato en la categoría de hasta 1.500 centímetros cúbicos de cilindrada del Grupo 2 lo obtuvieron Juan Zampa-Eugenio Breard  con un Alfasud Sprint 1,3 litros, con lo cual Alfa Romeo también logró el título de marcas.

Esa es la última foto, el corolario de una aventura que fabricó la pasión de aquellos pilotos que habían hecho sus experiencias en nuestro Turismo Nacional, en su mayoría. Pero, como es de entender, hubo una historia escrita previamente, un camino recorrido con esfuerzo, dedicación y voluntad.

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Todo arrancó con un viaje de Eugenio Breard a Europa allá por 1976. El propósito era armar un equipo argento para competir en tierras europeas. Claro que la idea nació en algún momento y el click fue la obtención del Campeonato Argentino de Turismo 1976 por parte del equipo 43/70.

Breard por aquellos tiempos era una figura destacada del Turismo Nacional, lo cual llevaba a que su palabra e intenciones tuvieran un peso específico “cinco estrellas”. El plan, en primera instancia, apuntaba a armar un Fiat 128 IAVA -con ese auto había alcanzado el título en TN-, el proyecto no prosperó.

Por ello, Eugenio Breard y el rosarino, Juan Pablo Zampa tomaron contacto con la dirigencia de  Alfa Romeo, en la casa madre de Milán, Italia, luego de una gestión iniciada por Fernando Parrado, quien además de piloto suplente se encargaba de las relaciones públicas del team.

La mano de Juan Manuel Fangio y Carlos Reutemann también hizo lo suyo para que el primer paso se diera, es decir el encuentro con Carlo Chiti, quien estaba al frente de Autodelta, el brazo de competición de Alfa Romeo. El dirigente de la casa italiana sugirió poner en pista dos Alfasud sprint 1.3, en el Turismo Europeo, lo cual fue confirmado en la celebración del GP de Brasil de F1 de 1977.

En realidad, en enero de aquel 1977 todo estaba sellado, ya que Alfa Romeo corría con la responsabilidad de la preparación y atención de los Alfasud, cuyo motor de cuatro cilíndros tenía una potencia de 87 CV original, la que fue elevada a 145 CV, mientras que su velocidad llegaría a los 215 km/p/h. Al mes siguiente se rubricaron los contratos por una suma no establecida con exactitud, ya que se habló de entre 80 y 100 mil dólares.

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Allí queda definida la irrupción de la Misión Internacional Argentina 43/70 Turismo Grupo 2 Europa, con el apoyo de la tabacalera Nobleza Piccardo. Por ello, los autos eran dorados, tal cual la etiqueta de los cigarrillos 43/70, que era ni más  ni menos que el sponsor de ambos autos italianos. Asimismo, queda establecido que los binomios serían: Juan Pablo Zampa- Eugenio Breard y Eduardo Márquez-Jorge Serafini, mientras que Fernando Parrado oficia de piloto suplente del equipo.

El acuerdo es por una docena de fechas, con estos escenarios: Monza (Italia), Salzburgring (Austria), Mugello (Italia), Enna (Italia), Brno (Checoslovaquia), Nürburgring (Alemania), Zandvoort (Holanda/Países Bajos), Silverstone (Inglaterra), Zolder (Bélgica), Jarama (España), Estoril (Portugal) y el cierre en Paul Ricard (Francia).

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De todos modos, la Misión Argentina fue parte de once pruebas, puesto que la primera fecha en Monza se dejó pasar debido a que se prefirió profundizar el trabajo para llegar en óptimas condiciones con ambos autos.

De ese modo, el estreno de los argentos tiene lugar el  24 de abril en el dibujo austríaco de Salzburgo. Y el arranque es óptimo, puesto que el dúo Márquez-Serafini se impone en la clase 1.3 litros y repite en Mugello, mientras que el podio le hace un lugar también a Breard-Zampa, que arriban  en la tercera posición, luego del abandono en Austria por rotura de la polea del alternador.

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Ese arranque no era casualidad, porque le sigue el dominio profundizado del equipo italo/argentino. Jorge Serafini debe volver por unos días a la Argentina y su lugar lo toma Fernando Parrado y nada cambia. Porque la dupla integrada por el uruguayo y Eduardo Márquez se imponen en Pergusa y acto seguido, en  Brno repite la posición de escolta, en cambio la dupla de Zampa-Breard abandona por segunda vez consecutiva. Si bien aparecen ciertos nubarrones, en el mítico trazado de Nürburgring, todo cambia. Es que Zampa y el Chipy Breard ganan y comienzan un tramo excepcional, en tanto el otro binomio Serafini junto a Máximo Macchi (reemplaza a Márquez por esa carrera) se meten terceros.

Si hubo una clave para esa victoria, que para Breard resultó la más importante de aquella linda aventura, esa tuvo que ver con la tarea que se llevó a cabo sobre el anillo de casi 23 kilómetros. Es que durante 20 días, los pilotos del equipo, a las órdenes de Teo Zéccoll -un experto piloto en ese trazado- giraron con dos Alfasud standard con el objetivo de familiarizarse con el dibujo germano.

Gracias a sus prestaciones los Alfasud dorados con irreverencia bien entendida se entreveraron con los BMW oficiales, que guiaban el sueco Gunnar Nilsson (ex piloto de Lotus de F1)y Derek Bell. “Cuando ganamos en Nürburgring fue el team BMW que nos roció con champagne al box, luego de que ellos ganaran la general”, reveló años atrás el Chipy Breard al recordar aquella misión.

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Y desde allí, se inicia una seguidilla estupenda, porque en Zandvoort, Silverstone, Zolder y Jarama la dupla Zampa- Breard gana para darle forma al título en Estoril y Paul Ricard, con un segundo lugar. A todo esto, Márquez y Parrado le cubren las espaldas a sus compañeros en el campeonato.

Mientras la dupla argenta se sube a lo más alto de la categoría, Alfa Romeo también disfruta de las mieles de la victoria sobre BMW, VW y Ford, gracia a la gestión de un puñado de argentinos apuntalados y acompañados por un uruguayo.

Esa Misión Argentina contó con el apoyo local y con el externo para contar con un medio mecánico que estuvo a la altura de las circunstancias y de un peso de 890 kilos que daba más hándicap para trabajarlo. Se creyó en aquel proyecto y los pilotos respondieron con un título y un subcampeonato. Hubo amagos para repetir, pero ellos prefirieron quedarse con aquella experiencia magnífica, que en varias mañanas de domingo redujeron el descanso del hincha argentino. Es que habían demostrado que no había monstruos que achicaran a los nuestros.

Osvaldo ALVAREZ
Por Osvaldo ALVAREZ
Fotos Club Alfa Romeo Argentina, Recuerdos del automovilismo (FB) y Racing Sport Car
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