
Gabriel Pozzo logró en 2001 la hazaña de ser campeón mundial en el Grupo N. Navegado por Daniel Stillo inscribió su nombre en la historia.
Si decimos rally queda implícito Córdoba, la catedral de la especialidad. Y si pensamos rápidamente en nombres propios aparece sin pedir permiso Jorge Raúl Recalde o Gabriel “Satanás” Raies.
Sin embargo, desde hace casi un cuarto de siglo, quedó grabado en la historia un DNI que dice Gabriel Esteban Pozzo, nacido en la provincia Mediterránea, el 26 de marzo de 1979. Con 22 años se metió en el libro histórico del automovilismo argentino, a partir de que se consagró campeón mundial de rally del Grupo N4.
A bordo de un Mitsubishi Lancer Evo VI se transformó, además, en el primer campeón del mundo argentino de una categoría de la FIA, luego de Juan Manuel Fangio. Por ello, no le queda grande el adjetivo de hazaña, que hasta ese momento ningún piloto argentino lo había alcanzado, tras las cinco estrellas del Chueco de Balcarce.
Córdoba tierra de peperina, fernet, cuarteto, los Taiere-Belgrano, los bailes con La Mona en el escenario, los corsos de San Vicente, el Lago San Roque, los salames de Colonia Caroya. Todas postales y riquezas que adornan a La Docta. En sus caminos polvorientos que asoman serpenteantes dentro del alma de las sierras anida una pasión única, autóctona y propia, que se conoce como rally. De ese modo entiende, vive y vuela el automovilismo el hincha cordobés. De ese linaje emergieron un sinnúmero de pilotos de montaña y en ese grupo andaba Gabriel Pozzo, a quien hoy Tribuna 2 quiere rescatar del baúl de los recuerdos y evitar que caiga en el valle del olvido.

Si bien en San Remo, el 7 de octubre de 2001 se aseguró el título en el Grupo de Producción, en la primera semana de noviembre cerró aquel año inolvidable de su carrera con el segundo puesto en el Rally de Australia, penúltimo peldaño, ya que no corrió la prueba de cierre en lo que fue el RAC de Gran Bretaña. Navegado por Daniel Stillo, el pibe de Villa Cabrera, un barrio de La Docta, alcanzó la cima tres carreras antes del epílogo de aquella temporada.
Fue en San Remo, en donde terminó segundo, detrás del italiano, Alessandro Fiorio, aunque vio que se consolidaban sus pretensiones en la penúltima prueba especial con el abandonó del uruguayo Gustavo Trelles, quien fue el rival del cordobés durante ese certamen.
En Australia, en tanto, Gabriel Pozzo también finalizó segundo, detrás del australiano Ed Ordynski, tras las 21 pruebas especiales de la carrera. A su vez, el otro integrante del Córdoba Rally Team, el también cordobés Marcos Ligato, terminó undécimo. En tanto, en la Clase A8 (la superior) se impuso el finlandés Marcus Gronholm (Peugeot 206).

Con 71 puntos, Pozzo se quedó con el título en el Grupo N4, mientras que su coterráneo, Marcos Ligato se ubicó en la cuarta posición, con 22 puntos cosechados. A su vez, aquella temporada vio como campeón del mundo en la clase mayor al británico Richard Burns (Subaru Impreza), con 44 puntos, seguido por el escocés Colin McRae, 42 y el finlandés Tommi Mäkinen, 41 puntos.
Historia de caminos
Gabriel Esteban Pozzo hizo sus primeros trazos sobre los caminos argentos en el Rally Argentino, allá por 1997, año en el que logró la victoria en el Rally de Tucumán. Lo cierto es que el piloto de Villa Cabrera se destaca en la historia también por el subcampeonato del Argentino en 2010, mientras que en 2009 y 2012 concluyó en el tercer peldaño.
Dentro de su CV también aparecen sus intervenciones en las ediciones 2009 y 2010 del Dakar, mientras que en 2015 incursionó en el Campeonato Argentino de Rally Cross.
El quiebre

El recordado caudillo del peronismo cordobés y gobernador de la provincia, José Manuel de la Sota tuvo peso en la carrera y en la vida del joven de Villa Cabrera. Es que el mandatario provincial convocó a Gabriel Pozzo a formar parte del Córdoba Rally Team con los resultados a la vista. “Fue la oportunidad de mi vida, fue el quiebre que me dio la oportunidad de ser lo que soy”, dijo tiempo atrás el ex piloto de rally.
La campaña de Pozzo en 2001 no tuvo a la casualidad como aliada. Es que el trabajo dominó en el contexto, o a decir mejor: fue el cimiento sobre el que se edificó el título.
El año 2000 ya había entregado algunas señales. Por caso el Rally de Argentina lo había tenido entre los grandes animadores hasta que llegó la victoria en Grecia. Crecía la motivación como para pelear por un campeonato del mundo.
En 2001 se puso en marcha un proyecto nuevo, que tenía el respaldo del Gobierno de Córdoba y la Agencia Córdoba Deportes, y que contaba con la sapiencia de Martín Christie, quien con su experiencia estaba atento a la logística y apuntalaba la juventud del piloto. Entonces, se apuntó al Top Run, uno de los mejores equipos del mundo a la hora de meter mano en autos de producción. Así, Pozzo se subió a un inapelable Mitsubishi Lancer Evo IV, con el que pasó a gobernar el año.
El rally de Acrópolis (Grecia) precedió a las victorias en el Rally de Catalunya (España), Argentina y el Safari de Kenya, una de las grandes marcas de la carrera deportiva del cordobés. Nueve podios en 14 carreras pusieron a la dupla Gabriel Pozzo-Daniel Stillo en lo más alto, lo cual dejaba estampada la superioridad en el mundial del Grupo de Producción.
A los años, Gabriel Pozzo eligió al rally italiano de San Remo para colgarle la etiqueta de “inolvidable”, en donde redondeó una gran carrera y logró el campeonato del mundo. “Ese día marcó un antes y un después de mi carrera. Ese fue el título que me dio la posibilidad de plasmar tanto esfuerzo, tanto trabajo y tanta dedicación”, rememoró el campeón del mundo cordobés.
Cómo olvidar al Cóndor de Mina Clavero (Jorge Recalde), o al de Villa Dolores, Ernesto Soto, pero también merece estar en el presente aquella epopeya de un joven de 22 años en el Mundial del Grupo N. No se olviden de Gabriel Pozzo, o simplemente el pibe de Villa Cabrera.









