Historias mínimas

Nicolás Aranda: una vida dedicada al automovilismo

Ahijado de Emiliano Spataro, Nicolás Aranda creció entre talleres y pistas. A los 31 años busca consolidar su propio camino en el automovilismo.

En el mundo de los fierros hay historias que se construyen con pasión, constancia y un vínculo irrompible con el taller. La de Nicolás Aranda, de 31 años, es una de esas trayectorias únicas: ahijado de Emiliano Spataro, lo acompaña desde que tenía apenas tres años y hoy sueña con llevar adelante su propio proyecto en las pistas.

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“Algunos tienen como héroes a Batman o al Hombre Araña; yo siempre lo vi a él arriba de un auto, en el trailer, manejando el camión. Para mí, Emiliano es ese héroe que quiero ser”, confesó Nico. Esa admiración se convirtió en aprendizaje diario, en tardes de taller interminables, caminando juntos el mundo del automovilismo y en una forma de vida marcada por los fierros.

De la mano de Spataro, Aranda vivió experiencias que pocos pueden contar. Sus participaciones en el Dakar, trabajando en diferentes tareas como mecánico y viviendo momentos inolvidables. Largas noches preparando autos y el desafío de levantar un taller propio, que hoy es la base de cada proyecto.

“Lo que se hace, se hace bien. Esa es nuestra forma de trabajar. Hoy tenemos un equipo que está creciendo muchísimo, en organización, en resultados, en experiencias”, aseguró.

Aranda 2

Nicolás cumple un rol clave en el equipo. Organiza el trabajo, gestiona el taller, planifica las tareas y acompaña cada detalle durante cada fin de semana de carrera. Vive los fierros como una manera de estar en el mundo, con dedicación total. “Me gusta preguntar, eso me lo enseñó Emiliano y con eso te vas nutriendo. Para nosotros es normal ir al taller, trabajar, pensar, compartir, terminar el auto”, expresó.

Ese esfuerzo dio sus frutos. El equipo que comparte con Spataro crece en resultados, experiencia y organización, tanto en el TC con el Ford Mustang como en el TC Pista Mouras con Marcelo Beraldi. Con un auto competitivo y un grupo consolidado, los resultados comienzan a reflejarse en la pista y a reforzar la confianza. “La clave está en la base; si el taller está bien, el auto va a andar bien. Marce anda muy bien y el auto anda muy bien entonces es un buen conjunto”, afirma con convicción.

Aranda 3

Más allá del presente, Nicolás proyecta el futuro. Sueña con debutar como piloto y ya trabaja en un Fiat Uno que espera poner en pista el año próximo. “Primero quiero subirme, después veremos hasta dónde llegamos. Obviamente hace falta apoyo, pero lo importante es arrancar”, sostiene.

Los fierros para Aranda son mucho más que trabajo, son una herencia de vida compartida con su referente y padrino Emiliano, un camino que eligió seguir con dedicación absoluta. “El objetivo es claramente ser regulares, que no es una tarea sencilla”, resaltó.

Aranda 4

Con la pasión como motor y sacrificio, Nicolás avanza decidido a dejar su propia huella en el mundo del automovilismo, y le contó Tribuna 2 una historia de esfuerzo y sueños por cumplir.

Morena PEREZ NIETO
Por Morena PÉREZ NIETO
Fotos TRIBUNA 2
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